Al apreciar los efectos de la terapia, los padres se suelen dar cuenta de la importancia de su colaboración, se sienten una pieza clave e imprescindible en la recuperación de sus hijos. El contacto corporal y la seguridad transmitida por los padres durante la terapia refuerzan también la relación padres-hijo y provoca nuevas y más amplias experiencias del niño.
Ofrecer un espacio terapéutico a las familias posibilita además de la realización de la terapia Vojta el poder dialogar sobre las emociones y los sentimientos, posibilita la escucha , es decir la posibilidad de respetar el ritmo de aprendizaje de cada familia ,saber esperarlos y adaptarse a cada familia.